La llave de mi felicidad...

Anoche, desnuda, me refugié entre las sabanas.
Deseaba acudir a Tu encuentro mi Señor.
Mi mano acariciaba mi sexo y se empapaba del agua de Tu recuerdo.
Me imaginaba que eran Tus sabios dedos los que muy despacio recorrían mi cuerpo llevándome una y otra vez al borde del placer.
Podía imaginar Tus manos acariciando mis muslos, jugando con mis pechos y pellizcando mis pezones mientras musitaba Tu nombre, jaleaba Tu nombre y gemía Tu nombre dibujado en mis labios, mi Amo, mi Dueño, mi Señor…
Exploté para Ti, deje que el placer me arrastrara hasta ese Paraíso donde estabamos solos los dos, donde se detiene el tiempo, donde podía sentirte a mi lado…
Derrumbada, extenuada por la intensidad de mi goce para Ti, te busque en mi lecho, te añoré mi Señor, desee abrazarme a Ti, sonreírte y saberte a mi lado, pero las lágrimas de mi rostro me despertaron de mi ensueño para recordarme esta condena de estar lejos de Ti y un latigazo de desolación azotó mi alma…
Y ahora mi Señor mientras te describo como disfrute anoche del placer que me regalaste, las lágrimas sin poder evitarlo vuelven a asaltar mis mejillas, jamás pensé que podría añorarte así, que podría necesitarte así, que mi vida sería este inmenso vacío sin Ti…
Te necesito mi Señor, no soy nadie sin Ti, Tú eres todo, mi principio y mi fin. Consuela mi llanto, no me dejes sufrir más, no puedo resistir más esta condena, esta tortura noche tras noche, día tras día de tu ausencia, ya no puedo resistir más, no puedo acallar más mi alma que te pertenece y me grita reclamando Tu presencia, sí sólo Tú puedes iluminar mi vida, sólo Tu tienes la llave de mi felicidad…

Siempre...Tu esclava
Sayuri