Ayer pensé en Él...

No pude evitar distraer mis pensamientos hacía mi Señor durante la cena, ni pude evitar añorarle después cuando tomabamos unas copas.
Y sí, como Él me había advertido noté su presencia, sus pensamientos puestos en mí, su esclava, varias veces. Y sentí humedecer mi tanga tan sólo por pensar en El, mi Dueño, aquel a quien pertenezco...
Me acosté pensando en Él, cerré mis ojos recordando cada una de las palabras que habían perturbado mi alma durante el día con sus correos.
Hubiese deseado poder acariciarme y distraer estos pensamientos que me hacen sentir como una perra deseosa de darle placer, pero no puedo tocarme hasta mañana, domingo.
Estoy deseando poder cumplir con la orden que me ha impuesto para mañana.
Desnudarme para Él, acariciarme, torturar mis senos del modo que me ha indicado, fotografiarme con la ropa que me ha detallado, fotografiar mi boca, mi sexo humedecido tras dejarme explotar de placer...para Él.
Él me anticipo que deseara ver esas fotografías el lunes, me concede el honor de tenerme en sus pensamientos y hacermelo saber y me hace feliz al comunicarmelo.
Le echo de menos, le necesito, ya he aprendido a sufrir su ausencia.
Sí, Él me había advertido que serían duros para mi estos días pero no pensé que iba a sentir así. Creí que los días disiparían esta extraña unión que me ha acercado de un modo salvaje, abrupto, desmedido a Él, pero he despertado pensando en Él y he releido sus mails para sentirle un poco más cerca. Núnca pensé que realmente conocería esta ansia de entrega ílimitada e incondicional que Él ha hecho surgir en mí.
Siento que Él es quien afirma ser, mi Amo, mi Dueño,mi Señor de las Brumas, que como Él dice acabaron mis noches de dudas, de desvelos, sé que Él esta ahí, que existe, que me cuidara, me protegera...
Ha convulsionado mi vida entera, nada puede ya ser igual, ya jamás podré volver a sentir como sentía, a vivir como vivía, a querer las cosas que quería, todo ha cambiado de sentido para mí y mi unica prioridad es llegar a ser su puta, su perra, su esclava fiel y poder llegar a gozar de su presencia...
Y es que jamás mi alma sintió esta añoranza...